Hernán Casciari y Chichita emocionaron en el Teatro Independencia

La obra narra la vida del autor, destacando el rol de su madre en su desarrollo personal y artístico.

6 Octubre de 2024 - 21:22

Hernán Casciari y Chichita emocionaron en el Teatro Independencia

El Teatro Independencia fue testigo de la emocionante puesta en escena de La señora que me parió, un relato dramatizado en el que Hernán Casciari comparte protagonismo con su madre, la querida Chichita. Aquellos que han seguido la trayectoria del escritor saben que su estilo mezcla la realidad y la ficción de una manera que invita tanto a la risa como a la reflexión. Desde los primeros minutos de la función, el público se sumergió en la escenografía de un típico hogar bonaerense, representado con detalles nostálgicos que evocan la infancia de Casciari.

El relato transcurre entre anécdotas familiares, destacando el rol protagónico de Mercedes, la ciudad natal del autor, y de la propia Chichita, quien ha sido central en sus historias. Durante los 90 minutos que duró la función, el público rió, se emocionó y viajó en el tiempo, recordando junto a Casciari los años de su niñez, marcados por la complejidad del contexto social y político de la Argentina.

Casciari

Una de las mayores sorpresas de la noche fue la brillante actuación de Chichita, la madre de Casciari, quien toma un rol determinante en la trama. No es solo la madre que ha inspirado gran parte de la obra literaria del escritor, sino que, en este caso, su presencia escénica le da un toque único y personal a la narrativa.

El público disfrutó de la interacción entre madre e hijo, una dinámica que, en muchos momentos, rompía la barrera entre la ficción y la realidad. A medida que avanzaba la obra, era evidente que gran parte de la fuerza de Casciari como escritor proviene de esa relación con su madre. En un emotivo momento hacia el final, la historia de cómo Chichita inspiró la famosa obra Más respeto que soy tu madre fue recreada, lo que provocó un aplauso cerrado y ovaciones del público.

Casciari

El humor en La señora que me parió es, sin duda, uno de los aspectos más atractivos de la obra, pero también hay espacio para la reflexión profunda. Casciari no solo narra sus anécdotas familiares, sino que también presenta una crítica a la situación política y social de Argentina durante los años de su infancia. Los recuerdos de la dictadura, la presidencia de Alfonsín y la hiperinflación se entrelazan con las bromas y las travesuras de la juventud, creando una obra que no solo hace reír, sino que también invita a pensar.

El cierre de la obra fue uno de los momentos más emotivos. El autor, dejando de lado su habitual tono humorístico, se permitió emocionarse al hablar del impacto que su madre ha tenido en su vida y en su carrera como escritor. Las risas se transformaron en lágrimas cuando quedó claro que el vínculo entre madre e hijo no solo ha sido un pilar fundamental en su vida personal, sino también en su obra literaria.

La señora que me parió es una experiencia única que combina la comedia, la nostalgia y la emoción. Es una obra que refleja el amor de un hijo por su madre, mientras celebra las pequeñas historias de la vida cotidiana que, bajo la lupa de un narrador talentoso como Casciari, se convierten en relatos universales.